Tomate: piel, nutrientes y cómo aprovecharlo al máximo
Cuando el tomate llegó a Europa desde América, se lo consideró primero una planta ornamental y hasta se creyó que no era comestible. Imaginá si esa idea se hubiese instalado para siempre: hoy nos perderíamos uno de los frutos más versátiles y nutritivos de nuestra mesa.
Con el tiempo, el tomate se incorporó de lleno en la alimentación y hoy es protagonista de ensaladas, salsas, sopas y conservas. Existen más de 20.000 variedades en el mundo, que van del rojo clásico a tonos amarillos, verdes, violetas y hasta rayados.
Piel y nutrientes: donde está su mayor poder
El tomate es un alimento completo que se aprovecha de punta a punta: piel, pulpa y semillas. La piel del tomate es especialmente rica en licopeno, un carotenoide con potente acción antioxidante que ayuda a:
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Proteger la salud cardiovascular. 
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Cuidar piel, cabello y dientes. 
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Combatir el envejecimiento celular. 
También aporta vitamina A, hierro, vitamina K, potasio y bajos niveles de sodio, favoreciendo la eliminación de toxinas y evitando la retención de líquidos.
Tip sin desperdicio: no peles el tomate si no es estrictamente necesario, ahí está gran parte de su valor nutricional.
Crudo o cocido: ¿qué cambia?
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Crudo: conserva más vitamina C (incluso más cuando está verde que cuando madura) y aporta frescura e hidratación. 
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Cocido: el calor degrada algo de vitamina C, pero aumenta la biodisponibilidad del licopeno. Por eso las salsas y conservas de tomate, combinadas con aceite de oliva, son una gran fuente de antioxidantes. 
¿Y en conservas?
En conservas bien hechas, el tomate pierde parte de la vitamina C sensible al calor, pero mantiene el licopeno e incluso lo potencia gracias a la cocción y al medio graso (aceite). Por eso, los tomates en conserva siguen siendo una opción nutritiva, además de práctica.
Cómo elegirlos y conservarlos
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Elegí tomates firmes, con piel lisa y tersa. 
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Guardalos en un lugar fresco y seco, no en la heladera, para que maduren de manera natural. 
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Se conservan entre 3 y 5 semanas según el estado en que se compren. 
En la huerta
El tomate es un cultivo ideal para tener en casa:
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Necesita macetas de al menos 40 cm de profundidad y suelo rico en nutrientes. 
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Plantalos con 50 cm entre sí y 80 cm entre hileras. 
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Intercalar con albahaca ayuda a repeler plagas y mejora su sabor; el tagete es buen aliado contra el pulgón. 
Ideas para usarlos frescos
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Desayuno: tostada integral con rodaja de tomate, aceite de oliva extra virgen y pimienta. 
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Huevos revueltos: con cubitos de tomate fresco. 
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Almuerzo: ensalada de tomate y naranja con aceto y oliva, o rodajas con chimichurri de hierbas frescas. 
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Sopas frías: gazpacho, salmorejo o variantes con frutas de estación. 
Los tomates combinan de maravilla con berenjenas, ajo, cebolla, aceitunas y apio. Mi consejo: siempre acompañalos con aceite de oliva extra virgen, que potencia la absorción del licopeno.

