Lo singular de los cítricos

Lo singular de los cítricos

Son el grupo más aconsejado, demandado en consumo diario y relacionado con el bienestar por los organismos y referentes de la salud y eso, creo, que es la razón principal de su alto consumo. Los cítricos (naranjas, mandarinas, limas, quinotos, limones y pomelos) son unas de las frutas más cultivadas del mundo.
Desde el punto de vista nutricional, estos se caracterizan por ser fuente de vitamina C, ácido fólico, vitamina A, potasio, con un ligero efecto diurético y antioxidantes. Aportan pocas calorías, pero muchos nutrientes esenciales.
En general y mal acostumbrados, se utiliza su jugo principalmente, descartando todos los nutrientes y fibras de su pulpa. El único que no entra en esta característica de consumo es el quinoto, que tiene la particularidad de que se consume entero, ya que en su piel está la dulzura que contrasta con la acidez interna.
Te enseño a no desperdiciar, pero también a aprovechar y a potenciar el alimento. En el momento de elegirlo, siempre te va a convenir comerlo entero para que no pierdas esa cantidad de nutrientes que te benefician, principalmente las fibras y vitamina C de la fruta.
Un gajo de mandarina, naranja o pomelo puede ser una explosión de sabores. Cada gajo tiene esas mínimas bolsitas de jugo que en tu boca se revalorizan junto con la pulpa. Si lo exprimís con una juguera, sabé que no solo te estas perdiendo lo mejor del cítrico, sino que estas colaborando con las 50.000 toneladas de desperdicio de cítricos anuales en Argentina.

Pero, ¿cómo usar sus cáscaras? Una opción es muy simple y fácil de hacer es convertirla en polvo. Se deshidratan en un horno de 70°C, como máximo, durante 1 hora o secarlas al sol en verano. Una vez deshidratadas, procesar para pulverizarlas. Este polvo de cítricos se puede agregar a preparaciones donde no necesariamente tengan la fruta como ingrediente. Espolvoreados sobre un arroz caliente, agregado a tu vinagreta, para terminar carnes, sobre tu bowl de yogur o tu tostada con queso de la mañana.
Otra forma es convertir sus cáscaras en el más rico de los dulces: las cascaritas confitadas. No solo vas a tener a mano un “algo dulce” para acompañar el té o el café, sino que, además, se pueden convertir en un regalo sustentable. Son muy valorados por el tiempo que lleva hacerlos, además de por lo ricas que son.