Papa, arroz…almidones resistentes: el secreto para tu intestino y saciedad
¿Alguna vez escuchaste hablar del almidón resistente? Dejame que te cuente este secreto que no muchos saben.
Cuando hablamos de carbohidratos, solemos pensar en que “engordan”, “suben el azúcar”, “nos hinchan”… Si venís siguiendo el blog sabes que eso no es su única verdad, ya que son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo en el día a día, y la mejor fuente de energía preferida por nuestro organismo. Pero lo que pocos saben es que si tratás bien a algunos alimentos ricos en almidón, podés transformarlos en aliados para tu salud intestinal, tu glucemia y tu bienestar general. El truco está en enfriarlos: así se forma el almidón resistente.
Entonces, ¿qué es el almidón resistente? Es un tipo de almidón que, una vez cocido y luego enfriado, cambia su estructura y se vuelve resistente a la digestión. En lugar de convertirse en azúcar en el intestino delgado, llega intacto al intestino grueso, donde funciona como una fibra fermentable y alimenta a las bacterias buenas del microbioma. Por eso mismo, es que reduce el índice glucémico en las comidas, da más saciedad, mejora nuestra flora bacteriana intestinal y actúa como prebiótico.
Pero, ¿cómo hacemos almidón resistente con nuestros carbohidratos? Bueno, primero y principal hay que partir de un carbohidrato ya cocido, como un arroz (que puede o no ser integral), un pan casero, papas, legumbres, pasta o cualquier cereal. Una vez que esté cocido, la idea es guardarlo en la heladera por al menos 7-8 horas, y durante este tiempo, el almidón se reorganiza y se vuelve resistente. Pasado este tiempo, ya podés comerlo frío o recalentado, con todos los beneficios.
Ingredientes que mejor desarrollan almidón resistente:
- Papas: hervidas o al horno, luego enfriadas. ideales para ensaladas, causa, tortillas o salteadas
- Arroz: blanco o integral. cocido y enfriado, funciona perfecto en bowls, ensaladas o salteado tipo wok
- Legumbres: lentejas, porotos, garbanzos. siempre cocidas y luego enfriadas. se pueden usar en ensaladas, hummus o hamburguesas
- Fideos: una pasta cocida, enfriada y recalentada conserva parte del almidón resistente. Puede usarse en ensaladas frías con verduras de estación. (te compartí en Dicolaver como comprar pasta que resista este proceso)
- Avena cocida: hacé un porridge, enfrialo, y al día siguiente lo comés como avena nocturna o recalentado
Algunos consejos:
– Si tenés un intestino sensible, y no estás acostumbrado a comer mucha fibra, incorporarlos de a poco.
– No hace falta comer todo frío: el recalentado suave mantiene el almidón resistente
– Combina, siempre cuando puedas, tus comidas con grasas saludables, fibras y proteínas para mejorar aún más el impacto glucémico
– Ideal para cocinar una vez y aprovechar durante toda la semana
Saber esto te da una herramienta mas para no solo cocinar rico, sino saber el porque de cada ingrediente y su correcto cuidado para tu vida.
Nos vemos la semana que viene en otro “Lo singular de…”