Cocinar para recibir invitados: una Navidad argentina, más liviana y sin desperdicio

Cocinar para recibir invitados: una Navidad argentina, más liviana y sin desperdicio

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Las comidas de fin de año suelen venir acompañadas de una idea instalada: “es el momento de excederse”. Cocinamos de más, servimos de más, comemos de más… y al día siguiente aparecen la pesadez, la culpa y el impulso de “compensar”. Pero no tiene por qué ser así: podemos celebrar, compartir y disfrutar desde otro lugar, más amable con el cuerpo y también más responsable con lo que elegimos cocinar.
Pensar en una Navidad más liviana también implica pensar en una Navidad con menos desperdicio. Eso empieza en el diseño del menú: elegir preparaciones que rindan, que se puedan reutilizar de distintas maneras y que no dependan de grandes volúmenes de comida pesada que inevitablemente terminan sobrando.
Una buena estrategia es construir un menú que mantenga sabores tradicionales, pero con una mirada más fresca y flexible. Los clásicos no son una estructura rígida: se pueden adaptar para que resulten más livianos y, al mismo tiempo, más conscientes.
El Vitel tonne a mi manera, por ejemplo, puede prepararse con carnes cocidas a baja temperatura y una salsa más ligera a base de yogur, limón y alcaparras. Sabe a fiesta, respeta la tradición y resulta más amable para el cuerpo. Además, si sobra, se guarda perfecto para sandwiches fríos o para sumar a ensaladas al día siguiente, evitando que termine en la basura.
Lo mismo ocurre con el matambre arrollado: una versión actual puede incorporar más vegetales —zanahorias asadas, espinaca, hierbas frescas— reduciendo la carga de grasas sin perder identidad. Se sirve frío, rinde mucho y se conserva muy bien, lo que lo convierte en una opción eficiente, rica y sin desperdicio.
Incluso el asado, ese clásico indiscutible cuando recibimos gente, admite relecturas más conscientes. En lugar de centrarse en grandes cortes grasos, se pueden elegir piezas más magras como el pollo de campo marinado o cortes que permitan aprovechar mejor la porción. Cocinarlos al horno o a la parrilla con hierbas y limón mantiene la impronta argentina pero sin el peso digestivo. Y si sobra, no es problema: esas carnes se transforman al día siguiente en ensaladas completas, tacos caseros, empanadas o wraps.
Las guarniciones también pueden trabajar a favor de una mesa más equilibrada y sin excedentes. Ensaladas de estación con tomate, pepino y las innumerables opciones que te dejo en mi pagina web,Ensalada de pepinos, palta y menta , Ensalada de remolachas para festejar, vegetales asados, papas aplastadas al romero o tomates asados con hierbas no solo aportan frescura, color y sabor: se reutilizan con facilidad y siguen estando ricos al día siguiente. Una ensalada criolla con frutas de estación o una calabaza rellena de quinoa y hongos son ejemplos de platos que nutren, celebran el producto local y acompañan desde la simpleza.
Planificar ayuda a cocinar mejor, pero también a cocinar menos y con más sentido. No se trata de reducir la fiesta, sino de elegir qué tipo de celebración queremos poner sobre la mesa: una en la que el cuerpo agradezca, la comida se aproveche y el disfrute no deje residuos innecesarios.
Porque celebrar también es elegir cómo hacerlo. Podemos seguir honrando nuestras tradiciones, pero con una mesa más amable, consciente y sin excesos que se transformen en desperdicio. Una Navidad argentina, sí. Pero más liviana, más humana y con comida que se aprovecha… toda.
Para ver recetas tanto del vitel tonne saludable, como de un matambre arrollado con vegetales o de ensaladas festivas, entra a la lupa de mi pagina web, pone el ingrediente y listo. podes elegir la que quieras.