¿Sabías que compartir la tarea de cocinar tiene más de un impacto en tu salud y en tu entorno?

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Compartir el ritual de la cocina también puede unir a la familia a través de la cooperación, el aprendizaje y el logro de objetivos comunes. Hay una recompensa adicional al estar todos involucrados. Si la vida se siente fuera de control, la terapia de cocina puede ofrecer certeza y autoestima. Es posible que no podamos predecir el futuro, resolver nuestras tensiones financieras o solucionar de inmediato los conflictos personales o laborales, pero podemos preparar algo rico y aportar un poco de amor a través de ello a los demás.

En tiempos difíciles, buscamos aliviar el estrés de diversas formas, ya sea charlando con un amigo, bailando, pasando tiempo en la huerta o en contacto con plantas, meditando o disfrutando de lo que más nos gusta. Independientemente de lo que elijamos, todos pueden considerarse formas de terapia. Sin embargo, otra forma es cocinar. Arremangarse y preparar algo rico para comer puede tener más beneficios emocionales de lo que uno se imagina.

Les dejo esta receta para que puedan hacer en compañía con quién deseen si querés seguir leyendo el artículo y más recetas, unite a la membresía.

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Compartir el ritual de la cocina también puede unir a la familia a través de la cooperación, el aprendizaje y el logro de objetivos comunes. Hay una recompensa adicional al estar todos involucrados. Si la vida se siente fuera de control, la terapia de cocina puede ofrecer certeza y autoestima. Es posible que no podamos predecir el futuro, resolver nuestras tensiones financieras o solucionar de inmediato los conflictos personales o laborales, pero podemos preparar algo rico y aportar un poco de amor a través de ello a los demás.

En tiempos difíciles, buscamos aliviar el estrés de diversas formas, ya sea charlando con un amigo, bailando, pasando tiempo en la huerta o en contacto con plantas, meditando o disfrutando de lo que más nos gusta. Independientemente de lo que elijamos, todos pueden considerarse formas de terapia. Sin embargo, otra forma es cocinar. Arremangarse y preparar algo rico para comer puede tener más beneficios emocionales de lo que uno se imagina.

La terapia de cocina está disponible para todos, se puede disfrutar solo, en pareja o en grupo. Seguir una receta, o incluso crear una, requiere concentración y atención. Te aleja de la rutina diaria, tranquiliza la mente y te mantiene en el momento presente. Se activa el sentido del gusto, te conecta con los sabores y aromas.

Seguir una receta probada y segura, preparar una cena pensada o cortar las verduras lenta y conscientemente son cosas sobre las que tenemos control y de las que obtenemos más que un beneficio. no es el mero acto de cocinar para comer, sino disfrutar el momento para volver a disfrutarlo más tarde.

Los médicos están comenzando a reconocer la importancia de utilizar las actividades culinarias como una forma de tratar la depresión, la ansiedad, los trastornos alimentarios y la adicción. Hay estudios  que muestran los beneficios de cocinar como terapia saludable y revelan la influencia positiva de las actividades de cocina grupal. La investigación mostró que las sesiones de repostería conducen a una mejora de la autoestima, principalmente como resultado de una mayor concentración, coordinación y confianza, y que regalar los productos cocinados es beneficioso y gratificante. no se trata de la comida en si, se trata del acto de cocinar con un enfoque en la atención plena, la autorreflexión auténtica y su propia toma de decisiones sobre el cambio.

Cuando cocinamos no solo disfrutamos de la satisfacción de crear una comida, sino también de la recompensa emocional de dar. Hay una parte innata de nuestra alma que ama dar y al hacerlo recibimos alegría a cambio. Cuando cocinamos con el propósito práctico de preparar la comida para tus hijos o preparamos comidas semanales, puede parecer una tarea aburrida. Sin embargo, se pueden obtener beneficios terapéuticos. La diferencia entre cocinar con fines prácticos y cocinar con fines terapéuticos es la conciencia, la perspectiva y la intención.

Compartir el ritual de la cocina también puede unir a la familia a través de la cooperación, el aprendizaje y el logro de objetivos comunes. Hay una recompensa adicional al estar todos involucrados. Si la vida se siente fuera de control, la terapia de cocina puede ofrecer certeza y autoestima. Es posible que no podamos predecir el futuro, resolver nuestras tensiones financieras o solucionar de inmediato los conflictos personales o laborales, pero podemos preparar algo rico y aportar un poco de amor a través de ello a los demás.

Les dejo estas recetas para que puedan hacer en compañía con quién deseen

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