¿Sabías que compartir la tarea de cocinar tiene más de un impacto en tu salud y en tu entorno?
Compartir el ritual de la cocina también puede unir a la familia a través de la cooperación, el aprendizaje y el logro de objetivos comunes. Hay una recompensa adicional al estar todos involucrados. Si la vida se siente fuera de control, la terapia de cocina puede ofrecer certeza y autoestima. Es posible que no podamos predecir el futuro, resolver nuestras tensiones financieras o solucionar de inmediato los conflictos personales o laborales, pero podemos preparar algo rico y aportar un poco de amor a través de ello a los demás.
En tiempos difíciles, buscamos aliviar el estrés de diversas formas, ya sea charlando con un amigo, bailando, pasando tiempo en la huerta o en contacto con plantas, meditando o disfrutando de lo que más nos gusta. Independientemente de lo que elijamos, todos pueden considerarse formas de terapia. Sin embargo, otra forma es cocinar. Arremangarse y preparar algo rico para comer puede tener más beneficios emocionales de lo que uno se imagina.
Les dejo esta receta para que puedan hacer en compañía con quién deseen si querés seguir leyendo el artículo y más recetas, unite a la membresía.